jueves, 17 de noviembre de 2011

Gotitas buenas para “o coração”

Hoy el bosque me ha hecho un regalo que quiero compartir con todos/as vosotros/as. Espero que también tengáis la ocasión de poderlo disfrutar.

En el hayedo las hojas han ido cambiando de color y han transmutado del verde claro de la primavera y el verano al amarillo-naranja del otoño.

Imagino que sabéis que esta es la señal del inicio del sueño de los árboles: en los lugares fríos algunos se desnudan para pasar el invierno; se duermen a la espera de que vuelva a ser el momento de resplandecer. La Naturaleza hace esas cosas.

A ritmo lento, a ritmo de árbol las hayas se han ido desprendiendo de las hojas que un día hicieron brotar en sus ramas así sin más, como surgidas de la nada.

Ahora, al entrar en el bosque, se siente que los árboles casi duermen ya ... shhhhh ... silencio, mejor no perturbar su suave sueño. Las hayas se han preparado su lecho invernal depositando en el suelo un hermoso manto dorado.

Y he aquí mi experiencia de hoy: Los árboles me han invitado a "dejar de hacer", a parar mi actividad para que me sentarse a contemplar este espectáculo Natural, simple pero inmensamente potente. ¿Cómo podía rechazar yo una invitación así?

Me he sentado y me he puesto a contemplar tal y como me han pedido y a partir de ese momento.... he podido notar como mi energía empezaba a cambiar, como se expandía y como de mi pecho se descargaba esa presión que todos solemos tener.

Este ha sido mi regalo: He recibido un baño reconstituyente y absolutamente natural simplemente por el hecho de darme el tiempo de contemplar. He salido nueva de allí.

Es el milagro de la vibración de la Naturaleza.

En esta época del año hay algo que marca la difenrecia, algo que nos atrae, quizás no sepamos el qué pero hay un ambiente especial en el bosque, el otoño tiene algo de mágico.

Os voy a dar una pista que quizás os sorprenda: ahora en el hayedo sólo podemos percibir el plateado de los troncos desnudos y el amarillo-naranja de las hojas, color éste que vibra más intensamente en las que todavía gozan de alguna vitalidad estando conectadas a su árbol.

A lo mejor esto es algo que puede parecer poco importante o que puede pasar desaprecibido acostumbrados como estamos a observar miles de colores a nuestro al rededor. Pero justo esta diferencia es algo que nuestra energía es capaz de experimentar con fuerza y de agradecer ¿por qué no lo probaís?

Hoy está nublado, volveré cuando el sol salga de su escondite de derás de las nubes a volver a disfrutar de esta experiencia.

El hayedo en otoño: Gotitas buenas para “o coração”!

No hay comentarios:

Publicar un comentario